Lluvia Ácida
Introducción
La
lluvia ácida, el rótulo con el que se describe normalmente la sedimentación ácida tanto húmeda como seca, es una adición bastante reciente a nuestro
idioma.
Aunque
el término fue acuñado hace 120 años por el químico británico Angus Smith con
base en sus estudios sobre el aire de Manchester, Inglaterra, no fue sino hasta
que se creó una red de vigilancia de la calidad de la lluvia en el norte de
Europa, en la década de 1950, cuando se reconoció la incidencia generalizada de
la lluvia ácida.
¿Que es Lluvia Ácida?
La lluvia ácida se forma cuando la
humedad en el aire se combina con los óxidos de nitrógeno, el dióxido de azufre
y el trióxido de azufre emitidos por fábricas, centrales eléctricas, calderas
de calefacción y vehículos que queman carbón o productos derivados del petróleo
que contengan azufre. En interacción con el agua de la lluvia, estos gases
forman ácidos nítricos, ácido sulfuroso y ácido sulfúrico. Finalmente, estas
sustancias químicas caen a la tierra acompañando a las precipitaciones,
constituyendo la lluvia ácida.
¿Que
causa la lluvia ácida?
La
capa vegetal en descomposición y los volcanes en erupción liberan algunos
químicos a la atmósfera que pueden originar lluvia ácida, pero la mayor parte
de estas precipitaciones son el resultado de la acción humana. En el transcurso
de las últimas décadas, los seres humanos han emitido tal cantidad de distintas
sustancias químicas al aire, que han cambiado la mezcla de gases en la
atmósfera.

Efectos de la lluvia ácida
Efectos sobre los organismos vivos y las
construcciones.


Efectos en
los ecosistemas
Acuáticos
El efecto más importante de
la lluvia ácida en los sistemas acuáticos es el descenso de las poblaciones de
peces, situación especialmente perjudicial para la pesca deportiva. Otros
efectos de la lluvia ácida relacionados con el agua incluyen los que se producen
en los seres humanos que comen peces con una mayor concentración de metales en
su carne y la reducción de ciertos grupos de zooplancton, algas y plantas
acuáticas, todo lo cual trastorna la cadena alimenticia global de los lagos y
potencialmente causa desequilibrios ecológicos.
Terrestres
Cuando la lluvia
contaminada cae en el suelo, destruye el balance de minerales que existen en
él. El agua ácida disuelve y traslada de la tierra alguno de los nutrientes que
las plantas necesitan, como el calcio y el magnesio, y a la vez libera otros
que son dañinos, como el aluminio. Se ha demostrado que la lluvia moderadamente
ácida (pH 4.6) daña las plantas recién nacidas. Los investigadores están
comenzando a evaluar el papel de la lluvia ácida en el aumento de
vulnerabilidad de los árboles ante enfermedades e insectos.
Efectos en
la fauna y flora

Los
huevos de varias especies de pájaros aparecen con paredes muy delgadas debido
al aluminio ingerido a través de los insectos de los cuales se alimentan. Dichos insectos precisamente se desarrollan en aguas acidificadas.
Efectos en
los cultivos
Aunque la sensibilidad hacia el daño
foliar directo por la lluvia ácida de algunos cultivos parece ser mayor que la
de muchas especies de árboles, no existen pruebas sólidas de que las hojas de
los cultivos hayan sido dañadas por gotas ácidas en el campo.
Efectos en
la salud
Si
bien no se ha demostrado que la lluvia ácida ocasione efectos nocivos directos
en la salud humana, no hay que perder de vista las posibles consecuencias a
largo plazo. Los riesgos potenciales se relacionan con la exposición continua a
sus precursores, dióxido de azufre (SO2) y óxidos de nitrógeno (NOX.
Efectos en
las ciudades
La lluvia contaminada
también causa destrozos cuando moja las ciudades y sus construcciones. Al caer
sobre los edificios, borra las formas de relieve, como esculturas o letras,
hasta que son irreconocibles.
Las construcciones, las
estatuas y los monumentos de piedra sufren erosión por efecto de diversos
contaminantes que arrastra el aire, entre ellos la lluvia acida. Los materiales
de construcción como acero, pintura, plásticos, cemento, mampostería, acero galvanizado,
piedra caliza, piedra arenisca y mármol también están expuestos a sufrir daños.
Medidas para reducir las emisiones
El
hombre puede prevenir la lluvia ácida mediante el ahorro de energía. Mientras
menos electricidad se consuma en los hogares, menos químicos emitirán las
centrales. Los automóviles también consumen ingentes cantidades de combustible
fósil, por lo que los motoristas pueden reducir las emisiones nocivas al usar
el transporte público, vehículos con alta ocupación, bicicletas o caminar
siempre que sea posible.
Soluciones
Debemos estar conscientes de la
complejidad del problema, con sus ramificaciones e interacciones en el aire, el
suelo, el agua y los sedimentos, así como sus efectos en las plantas, los
animales y los microbios. Si es probable que ciertas acciones reparadoras
tengan altos costos asociados con ellas, es necesario tener la seguridad de que
estos costos justifican y que la acción va a ser eficaz.
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